Ponerse de pie sin usar músculos

 

Quizás el tema de hoy sea demasiado técnico, así que les recomiendo leerlo de manera distendida.
A ver, venga, intente ponerse de pie usando solo sus huesos. Es decir, sin usar la fuerza de ningún músculo.

¿Qué tal le ha ido? ¿Lo ha logrado?
Cierren los ojos. Dejando que se contraigan los músculos de la parte anterior del muslo (los cuádriceps) para buscar el centro de gravedad . Ahora, desplazando el centro de gravedad hacia atrás, comprobando que siente fuerza en la parte trasera del muslo, trate de mover el centro de gravedad a derecha y a izquierda. Hay que buscar la posición en la que no intervienen las contracciones musculares ni adelante/atrás ni derecha/izquierda.

Esta posición es el lugar en el que nos ponemos de pie usando solo los huesos. En este lugar el músculo obtiene una mejor capacidad de contracción. (Para sostener los huesos la parte más baja del músculo se contrae). De hecho, los deportistas de élite antes de cada partido invierten un buen espacio de tiempo durante el calentamiento en sentir su centro de gravedad. Sin embargo, por la acumulación del cansancio y la perdida del equilibrio tiene la necesidad de provocar contracciones excesivas sus músculos acaban teniendo dolores en los ligamentos y en los huesos.

Hasta aquí es un tema, sin embargo ahora, ¿qué es lo primero que haríamos si nos dijeran que hay que equilibrar también la mente?
Mucha gente trataría de buscar la tranquilidad imaginando una escena de meditación.
En la práctica, seguro que no será capaz de lograr la relajación porque asaltarán su mente las distracciones.

Es igual de difícil que ponerse de pie usando solo los huesos.
Por tanto, al igual que antes sintiendo la contracción de los músculos encontramos la sensación de ponerse de pie usando solo los huesos, en lugar de usar músculos vamos a usar emociones y así obtendremos la tranquilidad.

Vamos a sentir emociones tales como ira, odio, tristeza, ansiedad, preocupación o alegría (en este caso un nivel de alegría fuera de lo normal).
Normalmente, a causa de la educación que hemos recibido, reprimimos la expresión de las emociones. De hecho, el autocontrol es muy importante para vivir en sociedad.

 

No obstante, tratar de tapar la emoción que ya acaba de experimentar no es otra cosa que engañarse a usted mismo.
Así que, en primer lugar, compruebe que esta solo 🙂 y proceda a dejarse sentir enfado, odio, inseguridad, alegría desmedida. Tras admitir y reconocer lo que siente, permítase esos sentimientos a usted mismo. Ya los ha pensado así que ya no hay vuelta atrás. 😀

Ojo: El hecho de sentir esa emoción es un acto de conocer sus mecanismos y estructuras. No es vomitar sentimiento como deseos en si mismos. Es posible que lo importante sea enfrentarse a esos sentimientos.

En realidad, seria mejor si pudiera dejar de lado la idea en su mente que hay subyaciendo bajo esa emoción, pero es muy diferente a sentir solo la emoción.

¿Qué tal? ¿Ha alcanzado la tranquilidad?
Frecuentemente, tenemos miedo de mirar directamente a nuestras emociones, y de hecho preferimos no mirarlas.
Habrá escuchado una vocecita en su corazón que le dice «es el otro el malo». 😀
Seguro que esa otra persona es mala: pero en este punto deseo proponerle un ejercicio. En lugar de repetirse a si mismo que se comporte como un adulto, trate de observar sus emociones.

Como se lo digo. Es una técnica oriental (como el yoga, el tai-chi, el Chigong etc..) que busca la paz mental mediante el uso del cuerpo.
Es algo difícil, pero tal y como indiqué sintiendo la contracción de los músculos pudo ponerse de pie con los huesos, seguro que también obtendrá equilibrio mental. El cuerpo afecta a la mente.
¡¡¡Repítaselo!!! 🙂

En este mundo tan estresado, al acabar el día, antes de acostarse, buscar el centro de su cuerpo y de su mente seguramente sea un ejercicio muy recomendable.

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